TV VOLTAIRE


Los árbitros del buen gusto me tienen sin cuidado. No ignoro que ejercen despóticamente su poder, acompañados de sonrisitas, miradas y lenguaje corporal de suficiencia. Yo, que siempre ando con otras ideas, dejé de lidiar con los juicios violentos de esta tóxica comunidad de chiflados, que te prohíben tener opinión propia. Esto fue, básicamente, lo que dirigió mi actitud por la senda de, por ejemplo, tener mi propio canal para ofrecer el panorama de lo que hago artísticamente. Formé TV VOLTAIRE, que llamé NEOPOMPIER ENDOWMENT FOR THE ARTS (NEA) en la primera época online, como un reservorio digital de Obras Invisibles. Partió sin forma ni reglas, siguiendo ningún estándar ni cliché televisivo, con la tarea editorial de ofrecer un panorama de obras realizadas bajo el amplio espectro de la inmaterialidad. La parrilla programática siempre está en un plan “arqueológico digital”, excavando en los discos duros almacenados de mis distintos períodos, eligiendo los mejores momentos y padeciendo la pérdida de algunas obras, creándose lagunas históricas que me cabrean enormemente. Ni qué decir de los links perdidos. Aquí, el tío Malevich, siempre presta ayuda para la reconstitución de las obras extraviadas. Creo que ha quedado bastante claro que el contenido, real o potencial, de TV VOLTAIRE es mostrar cómo no hay que ir de turista por la propia vida, como si estuviéramos viendo huesos de dinosaurios o acumulando polvo en las vitrinas. Después de tanto tiempo, merece la pena volver a reunirme con lo hecho, llegando a la conclusión que el disfrute es la mejor recompensa, el único objetivo.


Arturo Cariceo Zúñiga